MEMORIA DE S. MARTIN DE TOURS

Un santo para nuestro tiempo
Martín de Tours es un santo para nuestros días. Sin estar nunca apegado a la tierra, su vida fue una permanente búsqueda de otra ciudad, la de Dios. Su gran caridad despierta nuestra responsabilidad frente a toda suerte de pobreza y de enfermedad. Monje antes que otra cosa, nos invita a mirar con ojos nuevos la vida religiosa. Obispo, es ejemplo de cercanía, de falta de ambiciones terrenas, y nos llama a destruir los ídolos que nos encadenan. Místico, nos conduce hacia Dios, como un guía seguro, siempre a la escucha del Verbo bajo la inspiración del Espíritu.
En su vida se unen dos aspiraciones complementarias de toda espiritualidad cristiana: la oración o contemplación, que sabe hacer callar al mundo y buscar el silencio interior; y la actividad apostólica del soldado de Cristo que, como laico, monje u obispo, se compromete con sus hermanos los hombres y toma parte en todos los combates en donde está en juego el bien del prójimo.
Fr. Martín Gelabert, O.P.
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