LA OBRA ESTABA TERMINADA (11)
Última entrega
La obra estaba terminada, insignificante para los ojos del mundo pero más suntuosa que las pirámides de Egipto para nuestro Señor Jesucristo y para los que tuvimos la satisfacción enorme de plantar la Divina Cruz en tantos corazones desolados.
Al escribir estas memorias mi mente evoca una y otra vez la gran expectativa que reinaba en aquel modesto pueblo para la inauguración de la capilla. El sacerdote José Ma Fontes Arrillaga ofició la solemne misa que se celebró por vez primera en la flamante capilla con la afluencia de todo aquel pueblo que quería recibir la bendición divina de nuestro amado Jesús.
Numeroso grupo de niños tomó por primera vez el Pan Divino traído por la voz y manos del sacerdote a sus corazones vírgenes. Dirigidos por sus catequistas sus labios trémulos y sus corazoncitos emocionados dejaron vibrar en el aire las siguientes estrofas:
Plácido sol, de día tan propicio
Yo vengo a ti con júbilo a tus pies
Y el mismo Dios se inmola en sacrificio
Y es mi manjar por la primera vez,
Por la primera vez, por la primera vez.
También los adultos se acercaron al altar para compartir con los pequeños la Eucaristía.
Años más tarde se realizaron misiones oficiadas por los misioneros montevideanos, el Rvdo. Padre Larrea, obteniendo abundantes frutos religiosos.
¡San José, protector nuestro: en nombre de aquellas queridas compañeras que el Señor llevó a su seno, pues creo ser la única sobreviviente de la época, acepta nuestra gratitud por todas tus misericordiosas dádivas, acepta también nuestro eterno amor y nuestras oraciones. Y muy especialmente de aquella compañera, infatigable y querida, de feliz memoria, Aurora Goñi, que desde las regiones celestes contemplará su obra ejemplarizante llenando su alma de divino gozo!
Sarandí Grande, 6/10/83